La generalización de los satélites de difusión directa (DBS) y de la televisión por cable (CATV) ha creado un escenario televisivo con posibilidades incapaces de ver años atrás:

multiplicación exponencial de señales, la fragmentación de audiencias y el surgimiento de nuevas formas de financiación, como el abono mensual o el pago por visión.

Actualmente la televisión ha evolucionado de forma importantísima desde sus comienzos hace algo más de medio siglo, [destacamos la denominada televisión digital hertziana o televisión digital terrestre (TDT), mejora de la  definición de la imágen (HD)]

A partir de la digitalización total de los sistemas de televisión (producción, emisión y recepción de programas) surgen una serie de posibilidades que cambian nuestro punto de vista de ella.

 

 La televisión digital terrestre permitirá, entre otras cosas:

• aumentar el número de programas, servicios y señales.

• mejorar la calidad de las imágenes y del sonido de las transmisiones.

• establecer servicios personalizados e interactivos (relación empresa televisiva-audiencia) de radiodifusión y telecomunicaciones

• facilitar la fusión del sector audiovisual, telecomunicaciones e informática.

 

Nombramos el famoso "apagón analógico" que todos los aquí presentes hemos vivido.
El apagón analógico es cuando la televisión dejó de funcionar si no tenía TDT. Bueno, funcionar funciona, solo que tenemos poco que ver. En España, este apagón se hizo en el año 2010, aunque la fecha recomendada para esto por la Comisión Europea era 2005 y como fecha límite 2012.